La primera tentativa de fabricar los palillos del grafito pulverizado se llevó a cabo en
Núremberg, Alemania, en 1662 y para ello se utilizó una mezcla de grafito, y sulfuro de
antimonio,(este último es un elemento químico que se halla con el azufre en la naturaleza,
de color negro, tiene la cualidad de ser extendido y limpiado con facilidad, las damas de la
corte egipcia lo usaban para delinear sus ojos, los babilonios para decorar sus cerámicas
y desempeño un papel importante entre los alquimistas).
Pero fueron dos italianos los
primeros en idear la sujeción de madera para el lápiz y cuyo oficio era la carpintería.
Simonio y Lyndiana Bernacotti, frente a la necesidad de poder marcar sus piezas de
madera, idearon, una versión del lápiz actual que tenía una forma chata, y más compacta.
Para construirlo en un principio ahuecaron un palillo de madera de enebro (este árbol es
originario de Europa América y Asia es frágil pero muy resistente a la putrefacción por los
aceites esenciales que contiene). Poco después mejoraron esta fabricación usando dos
mitades de madera, en el surco realizado ubicaban el palillo del grafito y luego las dos
mitades eran pegadas de modo que la varilla de grafito quedaba en el interior de ambas
maderas; y es esencialmente el mismo método que sigue vigente hoy día. Sin embargo
existen diversas versiones acerca de su descubrimiento.
Una historia relata que en el año 1565 durante una gran tormenta en el pueblo ingles de
Borrowdale, en Cumberland Inglaterra, cercano a la frontera con Escocia, un roble fue
arrancado y descubrió una sustancia negra que era una mina de grafito, el hallazgo de
este mineral fue el que permitió su posterior invención. Los químicos de entonces
dedujeron que se trataba de alguna forma de plomo, y lo llamaron plumbago. Este
plumbago era en realidad grafito, un compuesto a base de carbono (exactamente la
misma composición química de los diamantes, pero con otra estructura molecular), es
decir, aquel compuesto negro que se denomino plumbago no tenía ni una sola molécula
de plomo. Pero las denominaciones en las distintas lenguas están unidas a esta confusa
apreciación, de modo tal que plomo en inglés es lead, y hoy en día, se denomina lead al
grafito que hay dentro de los lápices, otro caso es el de Alemania, en donde lápiz es
Bleistift, que significa literalmente palo de plomo. Volviendo a la historia los habitantes del
lugar descubrieron que era muy útil para marcar ovejas, y en consecuencia este fue su
primer uso. En este depósito en particular el grafito obtenido era extremadamente puro y
sólido, eso permitía hacer fácilmente de él palillos. Otros habitantes del lugar se optaron
por llevarse trozos de grafito que cortaban en forma de pequeñas varitas, vendiéndola en
Londres bajo el ingenioso nombre de “Piedras de Marcar”. Pero tenían dos inconvenientes
eran muy frágiles y manchaban. Por lo tanto se hizo necesario un tipo de casco o cubierta
para su manipulación, surgió en alguien la idea de envolver los palillos de grafito con
cordeles de cuero de oveja, y de este modo a medida que se usaba se iba quitando el
cordel. El grafito se introduce entonces en Europa principalmente en Francia, durante el
reinado de Luis XIII, pero estaba lejos de ser popular. Aunque luego se hallaron otros
depósitos de grafito, estos no poseían la misma pureza y calidad, que el descubierto en
Inglaterra razón por el cual debían ser sometidos a procesos de depuración para eliminar
impurezas y así dejar sólo el polvo de grafito.
Pronto fueron hallando otras utilidades y pasó a ser un mineral de enorme valor,
principalmente porque podía ser utilizado para alinear los moldes que se usaban para la
fabricación de las bolas de cañón. Inglaterra continuó disfrutando del monopolio de este
mineral y su uso en el armamento hizo que se controlara y reglamentara su extracción,
con la aplicación de la pena de muerte por su hurto. En 1792 se rompen relaciones entre
Francia e Inglaterra y con ello la importación del grafito. La escasez del mismo llevo a que
se realizaran intentos por reproducirlo pero no tuvieron éxito. Mezclaban algo de grafito
con colas o gomas que se endurecían al fraguar, y el resultado era un producto de baja
calidad. Hasta que en pleno periodo de guerra por orden directa de Napoleón Bonaparte
se llama al ingeniero Jacques-Nicolás Conté y se le pide fabrique algo similar a las barras
de grafito que sirviera para diseñar las acciones bélicas en papel. Probo de mezclar el
poco grafito que le quedaba con arcilla húmeda, y noto que endurecían las barras y uso
distintas proporciones, así surgieron varillas de grafito y arcilla rodeadas por una madera
de cedro .En el año 1795 se producían por primera vez lápices hechos de grafito, proceso
que partía de la molienda del mismo con ciertos tipos de arcilla, presándolo en barras y
horneándolas en recipientes de cerámica. Luego con rapidez se disperso este proceso
por el mundo.
Que paso en Inglaterra una industria artesanal del lápiz pronto se desarrolló, culminando
en la fabricación del primer lápiz del Reino Unido en el año 1832. La fábrica cercana a
donde se hallo el mineral ha tenido varios propietarios en su trayectoria desde entonces,
fue en 1916 Cumberland Pencil Company , en 1930 Lakeland hijos y luego seguida en
1938 por la marca de lápices denominada Derwent para bellas artes ( dicho sea de paso
Derwent significa Robledal en Celta). Hoy subsiste la marca Derwent con una amplia
gama de productos representantes de esta historia Los lápices cuadrados tan
característicos ingleses continúan haciéndose con palillos cortados de grafito natural
como desde 1860. En la ciudad de Keswick, cercana a la zona del hallazgo original del
bloque de grafito, se halla el Museo del lápiz.
Otras documentaciones indican que el verdadero inventor fue el hijo de un carpintero de
Aspern an der Zaya, procedente de la Baja Austria.
El austríaco Josef Hardtmuth, este hombre aprendió en Viena el oficio de albañil, llegó a
ser arquitecto de los Príncipes de Liechtenstein y fundó posteriormente una fábrica de
tejas y una manufactura de loza. Descontento con la baja calidad de los utensilios de los
que entonces se disponía para escribir, tuvo la ocurrencia de mezclar la arcilla con polvo
de grafito, formar unas minas y cocerlas, para sumergirlas después en un baño de cera
para que el grafito dejara rastro sobre el papel. Añadiendo las cantidades adecuadas de
arcilla a la mezcla, pudo determinar el grado de dureza del lápiz, y en 1792 fundó su
propia empresa en Viena, cuya producción sigue existiendo hoy en día. Por lo tanto la
tradición comenzó en 1890 cuando la L&C Hardtmuth Company de Austria-Hungría
introdujo su marca de fábrica Koh-I-Noor, Fue pensado para ser el mejor lápiz y más
costoso del mundo, decidieron entonces marcar una distinción, la mayoría de los lápices
eran pintados en colores oscuros o no eran pintados en absoluto, los de Koh-I-Noor
fueron de color amarillo. Fue tan importante que otras compañías copiaron el color
amarillo de modo que sus lápices fueran asociados a esta marca de fábrica de alta
calidad. En 1848, los hijos, Karl y Ludwig de José asumieron el control el negocio de la
familia, y la producción se retomo, ahora pertenece a República Checa. Los productos
fueron exhibidos en muchas exposiciones del mundo, como la de Nueva York, entre los
años 1855 y 1856, la de 1862 en Londres, 1882 en Viena , 1900 y 1925 en París, y 1905
en Milan. En el 1889 en París, esta marca exhibió sus lápices como los “Koh-I-Noor de
Hardtmuth”. Este producto nuevo pronto se convirtió en un éxito y fijó el estándar por el
cual el resto de los lápices fueron hechos y clasificados. Cada mina de grafito fue
encajonado en un amarillo cedro- barril de madera. La inspiración para el nombre era por
el famoso Koh-I-Noor (cuyo significado es “montaña de la luz”) en alusión al diamante
más grande del mundo hallado en África por esta época.
Otra versión explica que el lápiz, conocido en todo el mundo, es originario de Nuremberg.
Los "Bleystefftmachter" son conocidos en Nuremberg desde 1659. El fabricante Lothar
von Faber de Stein, cerca de Nuremberg, fue el primero en Alemania en utilizar modernas
técnicas de fabricación y de esta forma convirtió el lápiz en un bien común. Hasta la
fecha, las empresas de Nuremberg tales como Faber-Castell, Staedtler y Lyra son líderes
absolutos en la producción de lápices. En 1760, el químico Kaspar von Faber, artesano de
Baviera, Alemania, mezcló grafito con polvo de azufre, antimonio y resinas, hasta que dio
con una masa espesa y viscosa que, convertida en varita, se conservaba más firme que el
grafito puro. La empresa fue fundada en 1761 por el ebanista Kaspar von Faber que
montó un negocio en Stein cerca de Núremberg y de este modo colocó la piedra
fundamental del actual grupo Faber-Castell. Pero el paso decisivo no fue dado hasta
1839. La industria alemana del lápiz floreció con Lothar Faber, a quien posteriormente se
le concedió un título de nobleza y fue nombrado consejero de la corte real. Lothar Faber
fue el responsable de la existencia y la reputación mundial del lápiz en su forma y calidad
actuales. Lothar no solamente inventó el lápiz hexagonal sino también estableció las
normas respecto de la longitud, grosor y graduación del lápiz. Fue también el primer
fabricante que marcó sus productos con el nombre de la compañía. Los lápices “A.W.
Faber” (en referencia al hijo de Kaspar Faber, Anton Wilhelm Faber) se convirtieron no
sólo en los primeros elementos de escritura de marca, sino que se contaron entre los
primeros artículos de marca del mundo. En una primera etapa, las ideas de Lothar
traspasaron las fronteras de Alemania, ya que en 1849 su empresa adquirió dimensiones
internacionales. Primero abrió una sucursal en Nueva York para proveer de lápices al
mercado estadounidense que estaba en auge. Posteriormente se establecieron
subsidiarias en Londres, París, Viena y San Petersburgo. Ottilie, su nieta y heredera,
contrajo matrimonio con el Conde Alexander zu Castell- Rüdenhausen, un descendiente
de una de las familias aristocráticas más antiguas de Alemania. El linaje Castell se
remonta hasta los condes de Franconia, quienes figuraban en un documento de 1057. El
nombre es aún muy reconocido: los Castell son propietarios de la institución bancaria
privada más antigua de Baviera y poseen uno de los viñedos alemanes de más
antigüedad. Alexander y Ottilie contrajeron matrimonio en 1898. En su testamento, el
abuelo de Ottilie había estipulado que la compañía debería conservar el nombre Faber
para siempre. Y entonces, con el consentimiento real, surgió el apellido Faber-Castell, que
también se aplicó a la empresa y a la marca.
Por otro lado el nombre de Staedtler está estrechamente ligada a la historia del lápiz, con
sus raíces en Núremberg. Muchos años antes de que J. S. Staedtler fundara su fábrica de
lápices en el casco antiguo de Núremberg, en el año 1835 la familia Staedtler ya se
encargaba de la producción del lápiz. Y en efecto, todo se remonta al año 1662, cuando
por primera vez se hace mención de F. Staedtler en los libros de registro de la ciudad,
como artesano de lápices. Bajo la tutela de. Johann Sebastián Staedtler, la empresa
artesanal se convirtió en una empresa industrial. El 3 de octubre de 1835, el Concejo
Municipal autorizó a J. S. Staedtler como fabricante autónomo de lápices de grafito, de
tiza y carmín. Hacia el año 1840, J. S. Staedtler ya fabricaba 63 tipos de lápices. En 1866,
la plantilla ascendía a 54 trabajadores que fabricaban 2.160.000 lápices. En 1880, L.
Kreutzer asumió la dirección de la empresa y trasladó la empresa al barrio de Johannis,
en Núremberg.
En 1905, el Dr. Rudolf Kreutzer entró a formar parte de la empresa. Sus viajes a Asia y
América del Norte fueron esenciales para la expansión internacional. Bajo su mandato se
estableció una gama de productos claramente definida y caracterizada por la calidad. Dr.
Rudolf Kreutzer ejerció como director hasta finales del año 1967. Otra empresa que formo
parte de esta larga historia fue Lyra fundada por Johann Froescheis en Núremberg en
1806, y se considera una de las Marcas de lápices más antiguas del mundo. Desde sus
comienzos tuvo un éxito que se afirmó con el paso a la producción en masa en1848 y con
el traslado a Grobweidenmühle en 1878. La Segunda Guerra Mundial provocó la
destrucción del 85% de la empresa, a causa de los bombardeos. Sin embargo, gracias a
la dedicación de sus operarios, la reconstrucción llevó sólo dos años. Tras un difícil
período posguerra, Lyra reanudó su crecimiento con la fabricación de productos siempre
de altísima calidad, aplicando métodos eficientes y manteniendo un gran respeto por el
medio ambiente. En los años 90, la expansión llegó a Singapur, Indonesia, Suecia y
Estados Unidos.
Cruzando el océano los colonos estadounidenses importaron los lápices de Europa hasta
después de la revolución americana. Benjamin Franklin hizo publicidad de los lápices para
la venta en su gaceta de Pennsylvania en 1729, y George Washington utilizó un lápiz de
tres pulgadas cuando exploró el territorio de Ohio en 1762.
Se dice que William Monroe en 1812 en Concord (Massachusetts, EE.UU.) fabricó una
máquina que producía tablillas semicilíndricas de madera de 16 a 18 centímetros de
longitud. A lo largo de las mismas el aparato marcaba estrías en el centro del delgado
semicilindro. Monroe unía con cola las dos partes de madera, pegándolas en torno al
grafito. Sin embargo esta no era la única fábrica de lápices en Concord. El filósofo
transcendentalista Henry David Thoreau descubrió cómo hacer un buen lápiz de grafito
usando la arcilla como cubierta; esta invención fue incitada por la fábrica de lápices de su
padre en Concord, que empleó el grafito encontrado en New Hampshire en 1821 por
Charles Dunbar. Por otro lado el método de fabricación de lápices de Monroe era
cuidadosamente lento, y en la ciudad vecina de Acton, el dueño de un molino de lápices
llamado Ebenezer Wood estableció el método precisado para automatizar este proceso
en su propio molino situado en el arroyo de Nashoba. Él utilizó la primera sierra circular en
la producción del lápiz. Construyó las primeras cajas de lápices hexagonales y
octogonales que tenemos hoy. Ebenezer no patentó su invención y compartió sus
técnicas con quien le preguntara. No falto entonces la aparición de un visionario como
John Eberhard de Nueva York, que se convirtió en el líder de la producción del lápiz.
Joseph Dixon, inventor y empresario implicado en el grafito de Tantiusques mina en
Sturbridge, Massachusetts, desarrolló medios para producir lápices masivamente. Antes
de 1870, la Joseph Dixon Crucible Company era ya el distribuidor autorizado y
consumidor de grafito más grande del mundo, que más adelante se convertiría en Dixon
Ticonderoga.
Por último debemos mencionar a los Lapices Caran d`Ache, El nombre Caran d`Ache, fue
el seudónimo utilizado por Emmanuel Poiré, caricaturista francés del siglo
XIX. “Caran d’Ache” proviene de la palabra rusa karandash, que significa lápiz (del turco
kara tas, “piedra negra”). Sus primeros trabajos glorificaban la Era Napoleónica,
posteriormente creó “historias sin palabras” y trabajó en periódicos como Lundi du Figaro.
Fue muchas veces considerado como el precursor de las tiras cómicas. Poiré nació el 6
de noviembre de 1858 en Moscú – fue nieto de un oficial de la Grande Armée de
Napoleón Bonaparte, quien tras ser herido en la Batalla de Borodino, debió permanecer
en Rusia. Tras la muerte de su abuelo, fue adoptado por una familia polaca cuya hija
contrajo matrimonio posteriormente con él .En 1877, Caran d’Ache se trasladó a Francia,
donde obtuvo la nacionalidad de aquel país y formó parte del ejército durante cinco años.
Posteriormente estuvo a cargo de diseñar uniformes al ministro de guerra y trabajó
además en el periódico La Vie militaire, donde realizó varias caricaturas e ilustraciones.
Falleció en París el 26 de febrero de 1909 a la edad de 50 años.
A modo de homenaje a la figura de Caran d’Ache se pone su nombre artístico a la casa
fundada en 1924 en Ginebra, la firma Caran d´Ache conserva el prestigio propio de la
única manufactura suiza de lapiceros y de exclusivos instrumentos de escritura. Cerca de
Ginebra, en Thônex, nace la fábrica de Caran d´Ache. La misma produce una gama de
instrumentos de escritura como lápices, plumas, bolígrafos, portaminas y accesorios, que
lucen con orgullo el sello Caran d'Ache tiene un vínculo especial con el mundo del diseño,
la pintura y la escritura: su nombre es una referencia a la herramienta más importante en
el dibujo. Desde sus inicios en 1915 y la inauguración oficial de la compañía en 1924 por
Arnold Schweitzer, Caran desarrollo Ache's que han reflejado su pasión por los materiales
más bellos.
Como conclusión podemos decir que los objetos de uso, el hombre los ha creado en
función de sus necesidades, en el caso del Lápiz de grafito primero se descubrió el
mineral y luego se halló su aplicación. En cuanto a su creación podemos decir que fue un
aporte logrado por varios países casi al mismo tiempo, es decir, los ingleses descubren el
grafito, los italianos aportan la idea de la madera para sostener la barra de grafito, los
franceses y alemanes la manera de endurecer el grafito con arcilla, los americanos el
modelo productivo y los alemanes montando grandes empresas que perduraron a través
del tiempo optimizando y modernizando su producción.
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